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Pasando

Hace no mucho, me sentaba en una silla y miraba como un tipo se paraba a explicar cosas. Ahora soy yo el que se para a explicar las cosas a un montón de cabros que están sentados y miran con varios tipos de caras, algunos entendiendo, algunos con cara de entender pero uno sabe que luego les vienen los problemas, algunos sin entender y uno sabe que quisieran preguntar pero no se atreven.

Y cuando uno estaba en esa situación y no entendía, en los momentos de mediocridad más desatada le echaba la culpa al profe, en los momentos de menos mediocridad uno se autoexaminaba y cuando uno andaba más bien normal estudiaba. Pero ahora, desde el otro lado de la mesa, ¿qué es lo que hace que uno sea un buen profesor?, ¿qué hace que una clase sea buena? (para tomar una unidad de tiempo, aunque quizás sería más natural tomar el curso completo.)

Conexiones/Desconexiones

Uno de mis grandes defectos como profesor es que me cuesta funcionar bien si no siento una conexión de simpatía mutua entre los alumnos y yo. Necesito establecer una cierta confianza para poder pararme frente a ellos bien asentado en el suelo. Por supuesto, eso nace en gran medida de desconfiar en mis habilidades; quizás no es tan importante, a lo mejor es algo que cura el tiempo, pero lo menciono primero que el resto porque en este momento es algo que me molesta. No he establecido esa conexión con casi ningún curso y verdaderamente me he sentido desconectado. Sin embargo, la necesidad de hacer la clase y que los alumnos efectivamente aprendan me ha llevado a pasar por alto eso, que antes me hubiera importado sobremanera.

¿Pero qué es efectivamente aprender? O más bien, ¿cómo se sabe efectivamente que el alumno aprende cuando aprende? Probablemente una pregunta muy grande para este mísero blog. Al final, la conclusión que es sacable es que en esto de enseñar no soy más que un amateur pasando por aprietos. Pero no es del todo malo, soy un amateur observador y de los aprietos verdaderamente se aprende. Sí quiero, y necesito, aprender y profesionalizarme.

Si bien es cierto…

Por otra parte, no sólo de alumnos vive el profesor. También es importante el ambiente en el que se opera. Afortunadamente, el grupo de matemáticas de medicina es bastante agradable en general, lo que no significa que no haya de cuando en cuando situaciones desagradables o derechamente olvidables. No entraré en detalles acerca de las últimas porque esto no es sqp o algo por el estilo, pero sí diré que hay dos cosas fundamentales en cuanto al trabajo en un equipo: un buen líder y buenas secretarias. Además, siendo sinceros, es fácil distraerse en cosas como que el otro grupo tiene mejores promedios o pueden saber algo más. No es lo que pasa conmigo (creo), pero esa competencia se aprecia a veces, aunque siempre es soterrada. También están detalles como marcar territorio, proteger posiciones de poder, por pequeño que sea éste, etc etc. La vida universitaria, en el fondo.

…no es menos cierto que…

Y así transcurren los días de un humilde profesor de matemáticas. Echando de menos programar (y haciéndolo a veces), echando de menos pintar (y pintando a veces), durmiendo más de la cuenta en las mañanas y menos en las noches, gozando el frío antes de entrar al metro y luego de salir de él, cansado de viajar dos horas y algo todos los días, pero con todo bien contento, con ganas de mejorar y ser más profesional. Un post con final feliz, cosa curiosa. Cosa curiosa que tenga un final claro, y que además sea feliz! Saludos a todos.